30 de abril de 2025

Frase del futuro

Cuatro futuros
de Peter Frase.

Antes de nada decir que me pilló en semana de cansancio extremo (una media de 5 horas de sueño al día, la vida con niños pequeños...).
Esto es un ensayo que parece una obra de ficción.
Al menos Frase nos lo advierte.
Aunque el estilo es ameno, el autor tiende a la especulación y la conjetura y eso parece permitirle no exigirse cierto rigor analítico.
Intenta elevar su discurso con muchas referencias, pero es evidente que falta desarrollo y precisión en las ideas.
Flojito.

Anotaciones:

Tecnología = apocalipsis.
Ecología = utopía.
El cambio climático provoca sequías y tormentas extremas.
Cada vez hay más puestos de trabajo que son sustituidos por la tecnología.

El autor remarca una contradicción: "el miedo al cambio climático es miedo a tener demasiado poco: anticipa una escasez de recursos naturales, la pérdida de tierra cultivable y de entornos habitables; en último extremo, la muerte de una Tierra incapaz de sostener la vida humana. El miedo a la automatización es, erróneamente, miedo a tener demasiado: una economía totalmente robotizada que produzca tanto con tan poco trabajo humano que los trabajadores ya no sean necesarios".

Forzadísima la contradicción. Primera vez que oigo eso de "miedo a tener demasiado". Sinsentido. Luego añade que "estamos frente a tal crisis dual y contradictoria. Y que la interacción entre estas dos dinámicas hace de nuestra época histórica un momento volátil e incierto tan lleno de promesas como de peligros".

Subrayar que el libro es de 2016 y surge sin conocer el alcance de la IA.

Habla de los peligros de la automatización.
Algunos dicen que este aumento de los robots no aumenta la productividad ni los beneficios económicos.

"La clave de la cuestión en torno al cambio climático no es si este se está produciendo o no, sino más bien quién sobrevivirá a él". La Tierra no será inhabitable, pero "la lucha por el territorio y los recursos se intensificará". Esto no impide que una pequeña élite siga contaminando el planeta para mantener su bienestar, condenando a la mayor parte del mundo a la miseria.

El gran problema de la automatización, la pérdida de puestos de trabajo y el cambio climático es que puede fomentar la desigualdad. Para que esto no suceda tiene que haber un cambio de sistema, una variación respecto al capitalismo.

Los cuatro futuros que propone son, según cuatro factores:
Igualdad + abundancia = comunismo
Jerarquía + abundancia = rentismo
Igualdad + escasez = socialismo
Jerarquía + escasez = exterminismo

Comunismo:
Renta básica para todos que haría que los trabajos más pesados se automatizaran. Los trabajos de calidad seguirían siendo atractivos y podrían pagar menos.
Si hoy no se automatiza todo es porque los salarios son tan bajos que sale más barato tener humanos que máquinas.
Sería un mundo con jerarquías, igual que en el capitalismo, pero sin estar estas relacionadas con el dinero.
No desarrolla bien cómo se sostendría la renta básica. Si fuera con los impuestos de los pocos que trabajan, muchos sentirían que es injusto.

Rentismo:
Hay abundancia pero los ricos mantienen el control de la economía controlando las máquinas.
El rentismo se extiende a la propiedad intelectual.

Socialismo
El peligro es sobrevivir a la crisis climática pero con una gran desigualdad. Se supone que con este sistema sí habría igualdad.
Mi impresión es que no desarrolla bien la idea, casi habla más de los otros tres futuros que de este. Divaga e inunda el texto de referencias.

Exterminismo
Hay población excedente. Unos viven muy bien pero hay que exterminar a los que sobran.

28 de abril de 2025

Artesanía porcelánica

¿Qué me quieres, amor?
de Manuel Rivas.

Colección de relatos que destaca por su atmósfera evocadora, por la delicadeza de su prosa y por la riqueza de sus relámpagos poéticos. Creo que brilla más el cómo que el qué y esto no lo digo como queja, sino como apunte, ya que la obra se lee con gusto en su totalidad y no hace falta buscarle demasiados bigotes al gato. Puede echarse en falta algo de intensidad en la resolución de los relatos, pero la ambigüedad y la indefinición están bien manejadas.

27 de abril de 2025

Pink Taco

American Mermaid
de Julia Langbein.

Un extraño, un semidesconocido del que no puedo revelar ningún dato debido a su... me pasa este libro de estraperlo y me lo recomienda por lo que consigue en el ¿ámbito del terror?

Seguramente me falló la memoria al respecto porque Penny es una profesora de instituto que después de vender muchas copias de su primer libro decide mudarse a Los Angeles para ganar pasta fresca. Allí despierta interés para una adaptación al cine.

La novela de Langbein incluye partes de la exitosa novela de Penny. El recurso de la novela dentro de la novela siempre estimula, pero en este caso es contraproducente, ya que aniquila el ritmo de una historia que sale adelante gracias a una prosa moderadamente ágil, pero que tropieza muy a menudo con un tono infantil que lo máximo que logra es alguna mueca facial intrascendente.

25 de abril de 2025

Fish and chips

Sukkwan Island
de David Vann.

Padre e hijo intentan reconectar viviendo un año aislados en una isla de Alaska. Desplegando una prosa sencilla pero efectiva, Vann desarrolla la historia de manera más o menos previsible, tocando los puntos que se esperan de ella (supervivencia, relación paternofilial distante, algún descuido por aquí, algún roce por allá, etc.).

Al final de la primera parte hay un giro tremendamente efectista y poco justificado que arruina por completo la novela. Sigo con spoilers...

Añado esta frase para que respire el spoiler y...

El suicidio del hijo se produce sin apenas desarrollo psicológico y no sirve de justificación eso de que los silencios sugieren mucho o que el padre ha influido al hijo con su conducta de forma sutil... Nada borra la sensación de artificio. Y tras ese suceso, la segunda parte de la novela pierde sentido y acaba convirtiéndose en relleno, lo que a su vez me insta a leer en diagonal hasta el final para descubrir que

23 de abril de 2025

Viento de colapso

Contra el mito del colapso ecológico
de Emilio Santiago.

El autor, nacido en 1984, parte de esta premisa: nuestra generación se ha criado "aprendiendo a considerar normal un mundo que, en términos ecológicos, es una estafa piramidal [...] Nos va a tocar ya casi más gestionar la resaca que disfrutar de la fiesta, en una proporción de injusticia generacional que solo puede crecer. Y que nuestros hijos y nietos sufrirán con más crudeza".

Lo que sucede es que hemos convertido la Tierra en algo nocivo y vamos a tener que lidiar con ello. En este estupendo ensayo, Emilio Santiago acepta que vamos a vivir un siglo convulso e inestable en términos socioecológicos, pero se aleja del derrotismo de los colapsistas (de ahí el título).

Si bien es un texto bien escrito, es más reactivo que creativo, esto es, se centra más en justificar por qué no vamos a vivir un colapso que en aportar posibles soluciones. También hay que decir que muchas veces faltan datos para apoyar las afirmaciones y que el autor se excede con los malabares conceptuales y la ornamentación lingüística.

Apuntes (con mis comentarios en azul):
- "Estamos en el umbral de un futuro ecológicamente disruptivo en el que el viejo mundo se derrumbará". 

El colapso tiene varias implicaciones:
Primera: se dan "cuatro macrofenómenos" que son "el retroceso tecnológico, la desagregación política, la relocalización productiva y la inviabilidad de lo urbano, cuya contraposición será un nuevo florecimiento rural".

Segunda: el bienestar material se verá reducido.

Tercera: aunque esto traiga cambios que afectarán negativamente a gran parte de la población, es una oportunidad para mejorar la sociedad. Cuanto antes nos adaptemos a usar tecnologías sencillas y a la producción local, más resistiremos.

- "El colapsismo no es ciencia. Es ideología". Habla de que los colapsistas ven lo que quieren ver en los modelos que justifican sus ideas. Sin embargo, Santiago lanza afirmaciones como que, en caso de colapso, ya no se podría volver a la vida rural porque ha sido profundamente alterada, pero ni desarrolla la idea ni ofrece datos.

- "La crisis ecológica nos obligará a llevar vidas más autosuficientes y comunitarias, con un fuerte componente de ruralidad y con estructuras de poder mucho más simplificadas".

- Los colapsistas apuestan por la proliferación de Estados fallidos y esto supondría esa pérdida de complejidad social de la que habla el colapsismo y que es fruto del "fracaso ecológico de la civilización industrial en el primer tercio del siglo XXI".

El autor afirma que "nada de la apuesta política colapsista tendría sentido si un Estado como el español siguiera siendo viable en el año 2060, vertebrando el orden social y regulando funcionalmente las necesidades básicas de la población, aunque el cambio climático haya generado una vida sustancialmente peor".

- Algunos colapsistas asocian el pico del petróleo (estamos en el pico máximo de producción y esto sólo puede caer) al pico de otros recursos.

El autor argumenta que el desarrollo del fracking ha sido clave para evitar esa crisis del petróleo, aunque Turiel y otros aseguran que no es rentable y que es una especie de vía de escape temporal.

Santiago dice que el fracking se está extendiendo y se apoya en Rubén Martínez e Isidro López pues sostienen que "el gran fallo intelectual del discurso del peak oil, que con matices es extensible a la economía ecológica, es una interpretación funcionalista del dinero. Como si este fuera un mero instrumento de traducción de riqueza natural y de transmisión de información objetiva, y no una tecnología relacional para el reparto y la acumulación de poder que puede funcionar con la autonomía suficiente respecto a las leyes naturales para provocar efectos decisivos". ¿Qué significa esto? Quiere sonar grandilocuente y profundo, pero falta claridad. Tampoco aporta datos sobre el fracking.

Más adelante intenta desmontar la teoría del peak oil diciendo que Laherrère, uno de los padres de esa hipótesis, afirmaba que lo preocupante "no debe ser tanto el petróleo que nos falta, eso que obsesionaba al mundo del peak oil a principios de siglo, como el petróleo que debe quedar en el subsuelo para evitar un cambio climático catastrófico. Muchas investigaciones apuntan en la misma línea". Son ideas diferentes.

- Los colapsistas también tienen un punto de vista pesimista sobre las energías renovables. Según ellos, una sociedad para ser sostenible tiene que disminuir su consumo energético, además de que para crear infraestructuras sostenibles se necesitan combustibles fósiles.

Según Santiago, los colapsistas aquí fallan en dos aspectos:
1. Dan por evidencias técnicas posiciones que no tienen un consenso científico.
2. Subestiman el "estímulo depredador e irracional que nuestra física socioeconómica introduce en cualquier realidad productiva, unido a una falta de imaginación política para pensar las renovables operando bajo otro marco". Comentario genérico y poco desarrollado que tampoco viene apoyado por datos. Parece decir: ya se inventarán algo los ricachones de turno para sacar tajada. Y eso de "otro marco" es una ambigüedad.

Asegura que hay cierto optimismo hacia las renovables "por la espectacular reducción de costes de las tecnologías". Y yo, recociéndome en mi ignorancia, pregunto: ¿esta bajada de precio no tiene nada que ver con el uso del carbón en China? No lo desarrolla.

- Dice que un artículo de 2022 en el que participaron dos figuras importantes con ideas opuestas (Mark Jacobson y Ugo Bardi) llegó a la conclusión de que la energía renovable puede suministrar el 100% de la energía en el mundo.

- Habla de la falta de minerales para la transición a las renovables. Los coches eléctricos son un problema porque para su creación se necesitan muchos minerales y no se pueden fabricar 1.000 millones de coches eléctricos. Habría que dejar de usar el coche. El consumo de litio bajaría un 90% si la movilidad se basara en patinetes y bicicletas, se redujeran los vehículos privados, se viajara en transporte público y se reciclaran minerales.

Hay una parte importante de emisiones (alrededor de 1/3) que no se pueden electrificar (maquinaria pesada, buques, aviones, procesos industriales como la fabricación de fertilizantes, etc.).

"Que en las próximas décadas nuestro consumo energético debe decrecer es tan evidente que hasta los planes oficiales de transición energética de nuestros gobiernos lo contemplan".

- "El clima no es la única emergencia a la que nos enfrentamos: la destrucción de biodiversidad, la pérdida de suelo fértil o la presión sobre el agua dulce [...] nos exigen abandonar el imperativo de expansión perpetua de nuestra economía". Hay que reducir el materialismo, liberar la acumulación de capital y separar felicidad de consumismo. El ABC del ecologismo transformador.

- Critica que "las tesis centrales del colapsismo respecto a la energía [...] no han pasado aún por un proceso de aprobación generalizada entre los propios expertos energéticos, fase inicial de una aceptación más amplia. Es un discurso traumático que es académicamente minoritario y al que le falta madurez científica. Hay otros discursos científicamente legitimados en los que apoyarse que son menos traumáticos".

- Menciona una ola de calor que afectó a los colegios de Madrid y dice "a la espera de que un gobierno ecosocialista futuro reconvierta bioclimáticamente nuestros edificios públicos, el calor en las aulas de las niñas y niños de Madrid no depende del peak oil. Depende del control de los presupuestos autonómicos". 
Aquí se permite ser simplista y llevar todo el peso hacia la política. Claro que no tiene nada que ver con el peak oil pero sí con el cambio climático. A veces padece visión de túnel y se centra en el peak oil sólo.

- La visión holística ayuda, pero puede ser negativa si impide analizar en profundidad hechos concretos.

El ecologismo defiende la descentralización del poder, por tres motivos:
1. Sostenibilidad
"Una economía sostenible es una economía de proximidad, que ha minimizado el transporte y que ha alcanzado cierto grado de autosuficiencia relativa".
2. Optimización política
"Como las comunidades pequeñas son más compatibles con instituciones de democracia densa será más fácil construir ciudadanía políticamente comprometida en estructuras de poder más pequeñas". 
¿Ser políticamente comprometido es bueno? ¿Qué significa? ¿Que la comunidad sea pequeña significa que los políticos van a pensar más en el bien común?
3. Las comunidades pequeñas son fuente de felicidad
No justifica esto.

- Cuba vivió algo similar al pico del petróleo y salió adelante gracias a un Estado socialmente comprometido. Alega que el colapsismo "invita a desertar" del Estado.

- Cuando hay crisis (como se vio con el Covid), el Estado suele crecer, no diluirse. 
Alega que el Estado es necesario para lograr cualquier transformación.

- Una de las ideas clave de Santiago es que el colapsismo puede ser contraproducente, pues puede llevar a creer que no podemos reaccionar ante la crisis. 
El fallo del colapsismo es ser derrotista y alejarse de lo político. Un ecologismo transformador tiene que ir alineado con el Estado (estar en política) y tiene que ser constructivo y positivo.

- El ecologismo, aparte de lanzar verdades científicas, tiene que "contagiar los principios de un sistema de valores diferente", es decir, hacer que el mensaje llegue y que las personas lo integren.

- La solución es el decrecimiento.

- Lo que está claro es que estamos llegando a los límites planetarios y que el uso de energía y materias primas va a verse reducido.

21 de abril de 2025

Ni con la reciedumbre de los buenos soldados

Arrecife
de Juan Villoro.

Lo que empieza siendo un relato de flirteo y enaguas acaba convirtiéndose en un misterio de asesinato que a las pocas decenas de páginas hace aguas en aguas mexicanas. Desarrollo disperso y artificial, con frases que extienden los brazos para intentar dar golpes en la mesa cada cuatro o cinco líneas. Aburrimiento atlántico que requiere un esfuerzo atlético para seguir adelante. Supongo que Villoro tendrá libros mejores. Habrá que culpar a la escasez de la biblioteca o a las preferencias literarias de los empleados. Quedó arretificial esto.

17 de abril de 2025

Tines & Pals

Palestina
de Joe Sacco.

Entre 1991 y 1992 Sacco visitó Palestina. Este cómic es un reflejo de lo que vio y escuchó.

En general, me ha parecido una obra extraña, mal calibrada, valiosa por los testimonios desgarradores que captura, pero cuestionable por la actitud que transmite el autor. Sigo con spoilers...

El principio es algo abrumador, incluso visualmente agotador, debido al caos que transmiten los dibujos y al exceso de texto, a lo que habría que sumar la desorientación que generan algunos saltos conceptuales. Poco a poco te vas acostumbrando.

Luego da la sensación de que Sacco tiene un enfoque un tanto frívolo (y a veces hasta parece que es pro-Israel). Primero retrata a los niños palestinos como ladrones y luego dice que odia a los vendedores palestinos.

Otro ejemplo: saca fotos de palestinos siendo golpeados y piensa en la repercusión de sus fotos de manera superficial. Incluso afirma que busca miseria para ganar dinero (
tiene que buscar conflictos porque la paz no vende cómics), demostrando una falta de tacto considerable.

Lo más sorprendente es que en lugar de compartir observaciones reflexivas sobre las injusticias que va viendo, Sacco tiende a hacer comentarios triviales y egocéntricos. Le invitan unos palestinos a su casa y
 dice "necesito algo en mi estómago pronto", con una falta de humildad y empatía importantes (usando el término "pronto" en italiano para dar más repelús). 

O más adelante, cuando dice que está harto de beber tanto té, demostrando una ingratitud que se podía ahorrar; o cuando un hombre le cuenta lo que ha sufrido en la cárcel y dice algo así como que aquí tiene suficiente para otro cómic (suele utilizar la miseria palestina para hacerse el gracioso).

No obstante, llama la atención que sí se moleste en apuntar que no le gusta que hablen mal de los judíos y matiza que no todos los judíos están a favor de la ocupación. 

Parece que Sacco fue allí con "una mentalidad concreta" y no le quedó más remedio que reflejar las atrocidades que comete Israel.

Un detalle que anoté: 
Cuando un palestino mata a un colono, le condenan a cadena perpetua o a 20 años de prisión. Cuando un colono mata a un palestino, le condenan como máximo a 3 años de cárcel, aunque en la mayoría de casos no hay condena. "El país más democrático de Oriente Medio".

14 de abril de 2025

Jam es Dew itt Yanc ey

    
        Dilla Time de Dan Charnas.

    Si no sabes quién es J Dilla, después de esta excelente biografía lo sabrás más que de sobra.
                        CHEESY!!?!
    Charnas te transporta a Detroit con facilidad y creando atmósfera.
    No olvidemos que los inicios de la                    sincopación en EE. UU.     datan de finales del siglo 19, con el 
        ragtime
, que es como el fantasma que queda 
de los polirritmos africanos 
que estaban prohibidos
 en Norteamérica.
    Interesante el repaso genealógico y el repaso por la historia de la música.
    Relevante.
        Estimulante la parte que explica cómo las drum machines van apareciendo y cambiando la producción         musical.
    ¿Pero qué hizo J Dilla?
        Creaba instrumentales desplazando los elementos percusivos (kicks, snares, hi-hats, etc.) del grid (de la plantilla base que utilizan las drum machines y hoy en día los DAWs). 
                                Es decir, usó la drum machine no para aplicar el quantize a los beats (no para lograr regularidad), sino para mover                           a mano                       los elementos.
                (parecido al concepto de swing, pero más sutil).
 La dificultad que se encontraban los       baterías para ejecutar los ritmos    de Dilla de forma orgánica le da más valor a lo que hizo.
               
    Pequeño punto negro: el autor entra demasiado en cotilleos de otros músicos 
y sobran páginas de conflictos familiares y del tema de la herencia, 
                pero suele sintetizar bien donde importa.
            
    Muchos músicos (incluido Michael Jackson) empezaron a adoptar las técnicas de Dilla sin ni                 siquiera saber quién era. Más adelante, los ordenadores hicieron que imitar su estilo fuera más fácil.
                Ahora mismo se aplican sus técnicas sin saber que él fue el primero en hacerlo.

11 de abril de 2025

Lotería de saliva

Reyes vagabundos
de Joseph O'Connor.

Novela que se coló en mi lista porque aparecía en un panfleto cultural que recomendaba novelas sobre música y me llamó la atención.

A las 50 páginas ya tenía el veredicto: aburrida, básica, con un estilo poco trabajado y personajes poco memorables (pese a los esfuerzos más que evidentes del escritor).

Aquí la guitarra suena aunque no haya nadie tocando. Hasta que no apagas el ampli no te das cuenta de que eso que estabas oyendo era ruido.

9 de abril de 2025

La osvaldina

Hijos del fútbol
de Galder Reguera.

Texto autobiográfico en el que Reguera demuestra su amor por el fútbol y por sus dos hijos que a su vez juegan a fútbol y son futboleros. Un ensayo emotivo y nostálgico, con algunos pasajes un poco simples para mi gusto, pero por lo general entretenido y amable. La emotividad va subiendo en el tramo final y deja buen sabor de boca.

Interesante el choque que plantea entre ser intelectual (expresa su gusto por la filosofía y la literatura) y ser fanático del fútbol, como si fueran dos cosas incompatibles; a veces también sustituye ser intelectual por ser de izquierdas, como si el fútbol fuera una herramienta de la derecha para dominar al pueblo.

Reguera se apoya en un artículo de Rorty (Trotsky y las orquídeas salvajes) para justificar esa supuesta contradicción y alega que "el reto intelectual que dio origen al conjunto de [la obra de Rorty] fue el intento de conjugar en un mismo sistema de pensamiento la necesidad de la consecución de un ideal de justicia social [...] con la existencia de ciertos intereses privados, que él metaforizaba en las orquídeas salvajes, que coleccionaba y cuyas especies conocía al detalle". La justicia colectiva debería garantizar ciertos intereses privados. Lo que viene a decirnos es que uno puede tener valores de izquierdas y amar el fútbol.

Y sobre las críticas al fútbol que se centran en el dinero que cobran los futbolistas y el negocio que hay detrás (menciona a Isaac Rosa) dice que: "¿no es injusto reducir el fútbol a su manifestación capitalista?". ¿Acaso no podemos apreciar el valor estético de una obra de arte sin fijarnos en su valor de mercado? Totalmente de acuerdo, lo que no quita que cuanto más se acerca al capitalismo, más valores se pierden (cada vez hay más partidos y esto disminuye la calidad de los mismos, los jugadores se vuelven mercenarios que sólo miran el dinero, las entradas alcanzan precios inaccesibles para la mayoría, etc.).

Cierro con una frase popular que incluye Reguera en el libro y que me encantó: "Vida con hijos, días largos, años cortos".

7 de abril de 2025

Hiceverg

DesHielo
de Ilija Trojanow.

Lo cogí de la biblioteca porque leí en alguna parte que era ficción de calidad sobre el cambio climático. A las 100 páginas abandoné el barco (me enseñó Baricco...).

La premisa suena bien: un científico sensible a la destrucción a la que está sometido el planeta por culpa de los humanos hace de guía en un crucero a la Antártida para turistas y personajes varios.

La historia alterna entre el viaje en cuestión, algún flashback a los problemas sentimentales del narrador y conversaciones por radio que se intercalan con noticias sobre el destino del crucero.

Y repentinamente, Trojanow arroja alguna idea suelta, sin desarrollar, mencionando por ejemplo que los glaciares se están derritiendo o que ya no conocemos el sabor de una manzana auténtica.

De nada sirven estas ideas (o hechos)
si el tono no está bien perfilado desde el principio 
y si la información llega a nuestros ojos de manera errática, 
como si hubiera intromisiones constantes en el desarrollo del relato,
ráfagas de estímulos que no aportan demasiado a la historia, 
quizá sí a un estilo cuyo desorden resulta contraproducente.

4 de abril de 2025

Sumud

30 segundos en Gaza
de Mohammad Sabaaneh.

Cómic (o colección de ilustraciones) cuyo objetivo es inmortalizar una serie de imágenes de la ocupación israelí en Palestina en las que se refleja el sufrimiento de los palestinos. Y digo "inmortalizar" porque se menciona que plasmar el sufrimiento en un libro físico es una manera de evitar la censura de imágenes y vídeos y la eliminación de cuentas que llevan a cabo empresas como Facebook e Instagram para ocultar el genocidio.

Y aplaudo.

Además, este cómic en concreto, publicado por la Fundación Al Fanar, dona todos los beneficios de sus ventas a Gaza.

Y aplaudo.

Pero es que además, las ilustraciones de Mohammad Sabaaneh, adoptando un estilo parecido al de Picasso (con guiños al Guernica), son de calidad y tienen mucha potencia.

Y aplaudo.

Le recomendaría a todo el mundo que lo comprara, aunque sólo fuera por apoyar la causa Palestina.

2 de abril de 2025

Hiperhiper

Los tiempos hipermodernos
de Gilles Lipovetsky y Sébastien Charles.

Ensayo estimulante que suele dar en el clavo con casi todas las ideas que expone (publicado originalmente en 2004).

Charles:

La lógica de la moda domina.
Seducción.
En la segunda mitad del siglo 20, el hedonismo empieza a extenderse a todas las clases sociales (antes sólo afectaba a la burguesía).
En la hipermodernidad hay hiperconsumo y "cada vez se consume más por la satisfacción que produce [...] que por la posición que permite ostentar".
Hipernarcisismo.

Lipovetsky:

Todo es hiper.
"Cada dominio tiene un aspecto en cierto modo exagerado, desmesurado, extralimitado".
Se potencia el hedonismo y la satisfacción inmediata de las necesidades, todo ello apoyándose en el consumo.
"Los medios electrónicos e informáticos posibilitan las informaciones e intercambios en 'tiempo real', creando una sensación de simultaneidad e inmediatez que devalúa de manera creciente las formas de la espera y la lentitud".
Esto último afecta a la economía y hace que siga una "lógica de la urgencia", cortoplacista, lo que afecta a su vez a los trabajadores.
En la sociedad hipermoderna se cree más en el presente, ya no se idealiza el futuro como en el modernismo, pero hay más inseguridad y preocupación por la salud y por labrarse un futuro.
"La reducción del tiempo laboral, el ocio y el proceso de individualización han conducido a la multiplicación de los temas y conflictos relacionados con el tiempo".
"La nueva sensación de que somos esclavos del tiempo acelerado se manifiesta a la vez que aumenta la capacidad de organización individual de la vida".
"Es posible que sea éste el deseo fundamental del consumidor hipermoderno, remozar su experiencia del tiempo, revitalizarla mediante novedades que se presentan como simulacros de aventuras".
El hiperconsumo funciona como "una cura de rejuvenecimiento emocional que no deja nunca de comenzar [...] un deseo de renovación perpetua de uno mismo y del presente".
Coexisten dos tendencias, la que acelera la velocidad de las cosas y la que busca la calidad del momento.
Proliferan los estados psicosomáticos (depresiones, vulnerabilidad psicológica, ansiedad...) debido a la falta de normas colectivas y sociales, ya que el individuo tiene más libertad para organizar su vida. "Cuanto menos nos ordenan las normas colectivas en relación con los detalles, más parece tender el individuo a la debilidad y la desestabilización. Cuanto más socialmente móvil es el individuo, más agotamiento y 'averías' subjetivas manifiesta; cuanto más libre e intensa se quiere la vida, más se recrudecen las expresiones del dolor de vivir".
En la hipermodernidad, los individuos tienen que valerse por sí mismos, sin elementos estructuradores externos, y eso genera inestabilidad.
En la entrevista dice: "El bienestar material aumenta, el consumo se acelera, pero la alegría de vivir no camina al mismo ritmo, ya que el individuo hipermoderno pierde en facilidad de vida lo que gana en velocidad operativa, en comodidad, en duración de la existencia".