6 de enero de 2025

Y que lo digas

El fallo
de Antonis Samarakis.

Alcancé las 50 páginas aprox. No conecté nada con el texto. El empuje inicial de la historia se ve obstaculizado por un tono infantil muy poco trabajado que denota una falta de control narrativo considerable. Si a eso le sumamos los chistecitos sin gracia, los personajes sin interés y la ausencia de misterio, el abandono se produce de manera veloz. Además, 
las elipsis y los saltos temporales están mal calibrados, no armonizan con el resto de elementos, y la prosa es tan floja que uno empieza a dudar de las capacidades de los traductores.

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