Leí esta novela inmediatamente después de El acontecimiento, dejándome llevar por el impulso de hacer un pequeño tour por las grisáceas costas de la reciente (y cuestionable) ganadora del Premio Nobel de Literatura. Seré breve. Lo mejor que tienen los libros de Annie Ernaux es que son cortitos y se leen fácilmente. Lo peor es que son bastante planos. Aquí la autora comparte algunos detalles de una aventura amorosa que tuvo con un hombre casado de algún país del este. La pasión que le llenó el pecho de fuego apenas traspasa sus costillas para golpear al lector.
Rubem Fonseca: El salvaje de la ópera
Hace 3 horas
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